A lo largo de estos años de trayectoria profesional en el mundo del Mentoring, hemos ido detectando, tanto en nuestra relación con clientes de empresas como en nuestro trabajo directo con mentores y mentees, algunos mitos o interpretaciones erróneas entorno a este tipo de procesos, que creemos importante aclarar. Seguramente tu mism@ te hayas planteado estas mismas cuestiones alguna que otra vez, así que te invitamos a no perder detalle de nuestras respuestas ?
Mito 1: “El Coaching y el Mentoring son lo mismo”
Este es el mito clásico por excelencia, y la respuesta es sencilla: “tienen elementos comunes, pero no son lo mismo”. Aunque en nuestra página web profundizamos en las diferencias, en líneas generales, el coaching es un acompañamiento individualizado en el que se ayuda a otra persona/s a conseguir objetivos a través del uso de las preguntas, mientras que el Mentoring, si bien utiliza algunas herramientas del Coaching, se basa en compartir la experiencia del mentor (errores, éxitos, metodologías…) y su mentee al que guía para que pueda desarrollarse en un cierto ámbito, todo ello apoyado una relación de confianza y confidencialidad
Mito 2: “Lo principal para ser un buen mentor es tener muchos conocimientos y experiencia”
Como adelantábamos en el punto anterior, la figura del mentor acompaña y orienta a su mentee a través de la experiencia y los conocimientos, pero sin la actitud adecuada y las competencias necesarias para ejercer este rol, no podremos aportar valor a nuestro mentee y el proceso estará avocado al fracaso. ¿Cuáles son estas competencias? Deseo de contribuir al desarrollo de otra persona, compromiso con el proceso y disponibilidad para llevarlo a cabo, valentía para compartir fracasos de los que poder extraer aprendizajes útiles para el mentee, paciencia y escucha cuando aparece el error, etc.
Mito 3: “Las personas que ocupan un puesto de liderazgo son mejores mentores”
Todas las habilidades que se puedan aportar al proceso de Mentoring son útiles, pero no es, ni mucho menos, condición indispensable para ser un buen mentor haber desempeñado funciones de liderazgo. Tal y como exponíamos en el punto anterior, lo importante es poseer experiencia y conocimientos en consonancia con los objetivos del mentee, así como actitudes y competencias que lleven el proceso a buen puerto.
Mito 4: “No es recomendable tratar temas personales en las reuniones mentor-mentee”
Es tema es algo más controvertido, y existe disparidad de pensamientos. Nosotros somos de la opinión de que, siempre que sea el mentee quién decida compartir algo personal, y que el mentor se sienta cómodo con ello, puede resultar apropiado.
Mito 5: “Las reuniones mentor-mentee no se planifican, surgen cuando el mentee así lo demanda”
Mecccc error! Para que un proceso de Mentoring sea eficiente debe estar estructurado tanto desde el punto de vista de los objetivos como del número de sesiones y la periodicidad. Por supuesto existe cierta flexibilidad para que el mentee pueda solicitar ayuda a su mentor en cualquier momento del programa.
Y tú, ¿conoces algún otro mito?