¿Te has formulado alguna vez esta pregunta?

  • Si la respuesta es SI, estás en el lugar correcto. Aquí podrás descubrir, de una vez por todas, si “tiras más para un lado, o para el otro”.
  • Si la respuesta es NO, ¡eres más que bienvenid@! Sigue leyendo para saber más sobre tu estilo a la hora de expresar tu opinión a otras personas.

Tanto si eres mentor@, como si no lo eres, pero te interesa conocerte un poco más a fondo, ¡este es tu blog!

Seguro que lo primero que has pensado al leer la pregunta es que “yo no soy siempre pasiv@, asertiv@ o agresiv@, cuando defiendo una opinión”, y estás en lo cierto. En primer lugar, nadie “es”, sino que nos comportamos de ciertas maneras en nuestra comunicación. En segundo lugar, es normal que las personas que por lo general somos pasivas en nuestra comunicación, nos comportemos de una manera más “impulsiva o agresiva” en ciertos momentos o en determinadas cuestiones, y viceversa. Lo que es si es cierto es que todos tenemos una tendencia natural a expresarnos de una u otra manera, y más cierto es aún, que este comportamiento puede moldearse con algo de trabajo personal.

Vamos a describir a continuación cada uno de los estilos de comunicación. No pierdas detalle y trata de pensar en situaciones en las que te hayas comportado de una u otra manera. ¿Identificas cuál es tu estilo predominante?

Estilos de comunicación

  • Estilo pasivo: una persona que tiende a comunicarse de forma pasiva no defiende su postura ni sus derechos, normalmente para evitar enfrentamientos o dar mala imagen, de manera que no resuelve lo que le preocupa y su autoimagen se ve perjudicada. Teme perder la aprobación de los demás y le cuesta establecer sus metas, deja el control en manos de otros. Puede ser demasiado permisivo y tener poca confianza en sí mismo.

 

  • Estilo agresivo: hablamos de “agresividad” en la comunicación cuando una persona se coloca “por delante” de los demás, su opinión, necesidades y derechos son lo primero. Se muestra dominante, enfoca los conflictos desde la óptica de ganar o perder, e interfiere en las decisiones de los demás. Teme perder control sobre los otros y considera que siempre tiene razón, sin prestar atención a los argumentos que le planteen.

 

  • Estilo asertivo: una persona asertiva es aquella que defiende sus derechos y opiniones, respetando las de los demás. Es clara y firme, al tiempo que escucha y hace sentirse respetado al otro. Toma sus propias decisiones aunque atiende cuando los demás le proporcionan otros argumentos. Muestra confianza, fija y logra sus propias metas utilizando sus recursos y pidiendo ayuda si la necesita, además, asume de forma “adulta” las consecuencias de sus actos.

 

Puede que después de leer acerca de los tres estilos todavía no te hayas encontrado, ¡tranquil@! Vamos a poner un ejemplo donde seguro lo verás más claro ?

 

Ejemplo: Detectas un error en tu nómina, por el cual has percibido una cantidad considerablemente menor de lo correcto.

PASIVO

ASERTIVO

AGRESIVO

Esperaría unos días a ver si desde RRHH se dan cuenta del error, ya que si voy a decir algo puede quedar como que sólo valoro el dinero, y no es así.

Buscaría un hueco esta tarde para hablar con la persona responsable de las nóminas, le explicaría que he visto que hay una cifra que no cuadra con lo que esperaba y le pediría que lo revise y que me diga cuándo podrá darme una respuesta.

Iría directamente a quejarme al responsable de administración y le diría que esto es inadmisible, no tengo por qué estar revisando cada mes los importes, para eso ya están ellos.

 

¿Aún tienes dudas? Piensa como reaccionarías ante estas situaciones (¡se sincer@ contigo mism@!):

  • Estás inmerso en un proyecto importante y unos días antes de la entrega te das cuenta de un fallo en el trabajo de uno de tus colaboradores, que afecta al resultado final.

 

  • Mientras esperas mesa para comer en un restaurante con un cliente, el maître sienta antes a un grupo que ha llegado después que vosotros.

 

  • Estás preocupado por cómo está funcionando un proyecto y crees que tu jefe debería intervenir, pero no lo hace.

 

¡Seguro ya has dado en el clavo!

A estas alturas ya te habrás dado cuenta de que el estilo más “adaptativo” de reacción ante estas situaciones delicadas, es el asertivo. A veces nos ocurre que no nos comportamos de manera asertiva porque lo confundimos con ser descorteses o pensamos que pareceremos agresivos o “peleones”. Además, puede resultarnos complicado porque tememos las reacciones de otras personas, especialmente en el ámbito laboral. Sin embargo, el uso de la asertividad nos permite hacer saber al otro lo que pensamos, respetando también sus opiniones, haciendo que aumenten las probabilidades de llegar a un consenso favorable para ambas partes. Reflexiona, ¿qué crees que habría sucedido en los casos anteriores de haber actuado con asertividad? Seguramente el maître os buscaría rápidamente una mesa, disfrutando de una velada estupenda, tu jefe valoraría tu preocupación y responsabilidad, e intervendría para mejorar el trascurso del proyecto, y sin duda ese colaborador agradecería saber lo que puede mejorar para que la entrega del proyecto sea un éxito.

¿Pero qué ocurre con estos estilos si además eres mentor@? Precisamente esta figura tiene un rol en el que el uso de la comunicación asertiva es fundamental a la hora de relacionarse con su mentee y ayudarle a progresar. El mentor debe ser capaz de guiar a su mentee con asertividad, de expresarle con cariño y firmeza que quizá sus metas se están alejando de la realidad, que sus objetivos no están aterrizados, o que no está cumpliendo con su plan de acción. ¿Qué sucede cuando das feedback a tu mentee?, ¿realmente expresas lo que estás pensando?, ¿logras con ello tu objetivo?, ¿cómo reacciona él o ella?, ¿sientes que el vínculo se refuerza o crees que vuestra confianza se ve comprometida?

Si estás pensando en convertirte en mentor o si ya lo eres, pero deseas elevar tu rol a la excelencia, es importante que trabajes esta habilidad. No te preocupes, nosotros te ayudaremos en este proceso, y te daremos algunas claves para entrenar la asertividad en el siguiente blog, ¡no te lo pierdas!