La Inteligencia Emocional es el superpoder de todo buen mentor. Se trata de una capacidad que integra diversas competencias emocionales y sociales, y se considera un factor clave del éxito en todos los aspectos de la vida. Según Daniel Goleman, psicólogo estadounidense que popularizó el concepto a través de su libro Emotional Intelligence, “en el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece aportar tan sólo un 20% de los factores determinantes del éxito”, es decir, que en ese otro 80% restante, está muy representada la Inteligencia emocional. Por establecer una comparativa, podríamos decir que la Inteligencia emocional es al mentor, lo que el batido hiperproteico es a los culturistas de gimnasio. ¿La buena noticia? Tenemos un cerebro plástico que nos permite aprender nuevas habilidades durante casi toda nuestra vida. Por tanto, la Inteligencia Emocional se puede (y se debe) entrenar.

Pero, aterricemos un poco más este concepto, ¿qué entendemos por Inteligencia emocional?, ¿por qué lo relacionamos con el Mentoring? La Inteligencia emocional podría definirse, de forma sencilla, como la capacidad de interactuar con el mundo a través de las emociones, es decir, la habilidad para identificar, regular y expresar adecuadamente mis emociones, así como para reconocer las emociones de los demás, y utilizar esa información para gestionar nuestras relaciones sociales. Si, tienes razón, es un concepto que puede sonar un pelín “abstracto”, pero vamos a concretarlo en habilidades y comportamientos que van a resultarte muy familiares.

¿Cuáles son los pilares que conforman la Inteligencia emocional? Daniel Goleman identifica los siguientes elementos principales:

 

 

  1. Autoconocimiento, es decir, reconocer nuestras propias emociones y sentimientos, y cómo estos están condicionando nuestra manera de actuar. Una persona inteligente emocionalmente hablando es capaz de reconocer la emoción que se encuentra detrás de un comportamiento que ha tenido. A priori parece sencillo, pero aunque no lo creas, en más de una ocasión has creído estar enfadad@ cuando estabas triste, o viceversa, y ni siquiera te has dado cuenta de ello.

 

  1. Autorregulación emocional, o lo que es lo mismo, la capacidad de dominar nuestros impulsos emocionales, y aprovecharlos en nuestro propio beneficio. Seguro que en alguna reunión de trabajo has pensado, “como abra la boca, tiemblan hasta las paredes”, así, en plan película de ejecutivos agresivos. ¿Qué te frenó?, ¿qué fue lo evitó la hecatombe? Ese es el autocontrol emocional, y es un elemento, como puedes ver, muy necesario para adaptarnos al medio.

 

  1. Capacidad de motivarnos a nosotros mismos, esto es, de movilizar nuestras emociones más positivas para llegar a las metas que nos proponemos. A medida que crece nuestra motivación nuestro miedo se va haciendo más pequeño, por eso esta habilidad es tan importante para el éxito.

 

  1. Empatía: la base de las relaciones sociales saludables. La empatía es una habilidad tan importante que ha dado para escribir infinidad de libros, y sobre la que existen numerosas teorías, pero en este caso, y por simplificar, vamos a quedarnos con una sencilla definición: la empatía es la capacidad de reconocer las emociones de los demás, (entender el estado emocional del otro,) y tratar a esa persona en función de dichas emociones. De nuevo hacemos hincapié en que reconocer algunas emociones no es tarea fácil, pues muchas veces se confunden, y otras, se ocultan las unas a las otras.

 

  1. Habilidades sociales, también conocidas como relaciones interpersonales. Este pilar de la inteligencia emocional se relaciona con la capacidad de gestionar adecuadamente una red social, y engloba otras habilidades como la comunicación interpersonal, la capacidad de generar confianza en el otro, la escucha, la colaboración… 

Después de hacer este breve recorrido, entenderás por qué decimos que la Inteligencia emocional es la poción mágica de los mentores, pues reúne una parte muy importante de los  ingredientes del buen mentor. Durante tus procesos de Mentoring deberás aplicar las diferentes competencias de la Inteligencia emocional de maneta intuitiva, generando una conexión emocional con tu mentee muy prometedora.

Parafraseando de nuevo a Daniel Goleman “El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas”. Si deseas generar una buena sinergia con tu mentee que aumente las probabilidades de éxito en el proceso, te recomendamos que hagas un ejercicio de autoconocimiento y revises cómo te encuentras tú en las competencias anteriormente citadas. Si tienes dudas sobre cómo entrenarlas, nosotros te ayudamos 🙂